La Travesía del Desierto del Fútbol Sala Femenino
Ayer supimos que el equipo de la Universidad de Alicante no jugará en 1ª División de Fútbol Sala Femenino la Temporada 2022/2023 porque la entidad universitaria no puede asumir los requisitos que la RFEF establece para competir en el próxima Temporada.
En el comunicado que emitió la Universidad se da a entender que la «profesionalización de la Liga de Primera División» es la causante principal de la imposibilidad para cumplir los condicionantes mínimos que ha establecido la RFEF.
Tal vez no debamos hablar del concepto de «profesionalización» (ni «competición profesionalizada», expresión inventada por la RFEF para denominar a competiciones amateurs). No. No es un problema de profesionalización. Es más un asunto de conseguir, de lograr y de hacer posible que tanto las jugadoras y como las personas que conforman el fútbol sala femenino tengan unas condiciones mínimas para desarrollar la actividad del fútbol sala.
Otro asunto sería porque entidades como la Universidad de Alicante no han modernizado sus estructuras o convenios de cara a dar solución a los requisitos exigidos por la RFEF para poder competir en 1ª División.
La RFEF establece unas condiciones mínimas que hay que cumplir para poder disputar las competiciones. En su momento y en el ámbito masculino la LNFS también fijó requisitos mínimos…Y también vimos como en el camino se quedaron equipos que no pudieron asumir o prepararse para esa evolución en nuestro deporte.
La situación de la UA ya se ha dado anteriormente en otros equipos de fútbol sala masculino o en otros deportes. Si queremos conseguir seriedad y mejores condiciones para todas las personas que están en el fútbol sala femenino hay que asumir que habrá equipos que o bien no puedan llegar a esos requisitos mínimos o «no les interese» llegar (por los motivos que sean) y decidan dar un paso atrás. La temporada que viene son cuatro fichas profesionales (con su correspondiente alta en la Seguridad Social) las mínimas para poder competir en 1ª División, aparte de otros requerimientos como presupuesto mínimo de 50.000 euros o aval bancario para afianzar un porcentaje mínimo del presupuesto.
A todas luces son requisitos que se deben ir asumiendo si queremos tener una competición que sea el ejemplo para otros países. No solo nos vale con decir el consabido «Somos la Mejor Liga de Fútbol Sala Femenino del Mundo»…hay que ponerlo en negro sobre blanco con clubes serios y bien organizados. Es un detalle pero no puede ser que en una 1ª División no haya un médico en un encuentro deportivo. No puede ser.
Hay que hacer la travesía del desierto, aunque en el camino se queden algunos de los clubs históricos del fútbol sala femenino.
Ahora se abren varias incógnitas: La UA deja en el camino un ramillete de excelentes jugadoras que se ponen en el mercado: Elena, Ana Romero, las Melli, Rocío, Raquelilla, Pao, Sara Navalón o la misma Aitana son excelentes jugadoras, internacionales muchas de ellas que seguro que serán muy apetecibles en el mercado que ya se esta moviendo. Este noticia ha llegado como una bomba y dinamita muchas de las agendas de algunos de los presidentes del fútbol sala femenino. Los teléfonos echan humo.
Por otro lado hay que saber que pasa con las plazas de descenso. Una será para la Universidad de Alicante. Y habrá que ver que pasa con las otras dos. ¿Bajarán dos equipos más la UA? ¿El 16º y 15º?. ¿Bajarán los tres últimos más la UA y subirán cuatro equipos de 2ª División?. ¿Habrá equipos suficientes en segunda división para ocupar las plazas de descenso de 1ª División?. ¿O lo mejor: será solo la UA el equipo de rechace la plaza de 1ª División o habrá más equipos?.
Son muchas las preguntas y pocas las certezas.
José Antonio Valle
Foto: Perfil Universidad de Alicante FSF
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