La Selección Española Femenina de Fútbol Sala gana 4 a 2 a Japón en su segundo amistoso

No son pocos los equipos que intentan contrarrestar el fútbol sala español, tratando de imitar el modelo: presión alta, constante circulación de balón, rápidas transiciones y finalización de jugadas. Sin embargo, se cuentan con los dedos de una mano los que aguantan el ritmo. Por supuesto, sin hablar de la calidad individual. Porque, a pesar de que la selección japonesa pone todo de su parte -sale presionando bien arriba desde el inicio, no les falta intensidad defensiva y atacan con criterio- los pies y las cabezas no son las mismas. Y es ahí, donde posiblemente este combinado nipón se sienta más impotente. Por nombrar solo a algunas: Ana Rivera, Vane Sotelo, Ana Luján, Amelia o Peque marcan la diferencia en el uno contra uno. Y es entre estas dos últimas como se desequilibra el marcador.

Un desmarque y posterior conducción de la jugadora de Burela lo acaba remanchando la de Futsi a un metro de la línea de gol. El tempranero tanto no afecta al planteamiento de las asiáticas, volcadas con más ahínco que antes. Pero claro, la otra gran diferencia se deja notar bajo palos, cuando es preciso. Si ayer Cari dejaba su portería a cero, hoy Ana Romero se encarga de hacer estériles cualquiera de las acometidas visitante. Por arriba, por abajo o con lo pies. Es un muro.

El segundo gol merece mención al margen. Las de Clàudia Pons mueven, desplazan y circulan la pelota todo lo que sea necesario. No hay prisa. Con uno o dos toques es suficiente. Y así hasta que la posesión regresa a la banda, donde Ana Luján encara a su par, la deja clavada y mete un balón profundo a Rivera, para que esta -de primera- le regale el gol a Jenny Lores, quien espera al segundo sin oposición. Las japonesas se dejan la vida en cada jugada, aunque correr detrás de la pelota durante tanto tiempo las convierte en observadoras del despliegue español. En Vista Alegre retumban los aplausos por encima de la banda de música.

A pesar de las dos derrotas, Japón se marcha dejando buenas sensaciones.

España domina en todas las facetas del partido. Dueñas y señoras de la pista, las locales se ven sorprendidas por una acción puntual. Un balón cruzado al borde del área lo despeja Ampi de cabeza, con tan mala fortuna que acaba rozando el palo  y colándose dentro. No obstante, el despliegue atacante español, que es mucho y bueno -desbordante por momentos- no recibe todo el premio que merece porque Inue Nene, acertada en varias situaciones durante la segunda mitad, lo impide. Acercarse en el marcador -que no en el juego- le da ese plus a las de Kogure Kenichiro.

El partido se abre y deja más margen a la improvisación. Las visitantes sabedoras de la inferioridad, pierden el complejo al ver el tanteo tan ajustado. España comete cinco falta con más de diez minutos por delante. Reciben un doble penalti que se marcha desviado. Y es Japón quien también hace la quinta. En esa jugada de estrategia, Ampi se saca la espinita con un buen zurdazo que se cuela junto a la base del palo. Segundo más tarde es Amelia Romero quien ejecuta un doble penalti por el mismo lugar. El combinado nipón hace el segundo jugando de cinco. Marcharse con dos tantos a favor les alivia, después de que ayer no puediran hacer ninguno.